Se presenta limpio y brillante, de un precioso color rojo cereza con matices violáceos. Con una intensidad medio alta. Ribetes con una tonalidad viva sin indicios de evolución.
Olfato:
Es un vino tremendamente expresivo, de gran intensidad aromática de frutos negros pequeños maduros (arándanos, grosellas, casis, ciruelas damascenas, guindas en licor), grafito, notas de terruño minerales, regaliz, sutiles matices de flores azules (violetas) Ligeros cueros al inicio que se marchan con la oxigenación. La madera está perfectamente integrada.
Paladar:
La entrada en boca es poderosa, densa con una gran riqueza. Une volumen, estructura, con una textura sedosa que no finaliza nunca. Taninos vivos, presentes pero maduros que el tiempo irá puliendo. Es larguísimo y persistente, elegante con una formidable acidez que le augura una gran guarda. La fruta está presente, así como las flores azules.
Al día siguiente:
Barón de Chirel va mejorando con los días en botella abierta. Hemos podido comprobar como al día siguiente de su apertura, aparecen aromas más frescos de fruta roja silvestre: fresa y frambuesa. La entrada en boca es mucho más amable y la sensación táctil es de mayor suavidad. Es un vino que puede permanecer abierto, conservado en buenas condiciones, durante 3 o 4 días, en los que no solo no pierde su esencia, sino que gana en complejidad, en equilibrio, tanto en nariz como en boca y se redondea.
Recomendaciones:
No se aconseja el uso de Coravín, porque lo reduce en exceso. Se aconseja oxigenarlo en decantador antes de su consumo, en el caso de que vayamos a consumirlo en el momento.
Maridaje:
Jamón y quesos curados. Carnes rojas, aves, guisos de caza, tales como perdiz, conejo, venado, jabalí o corzo, incluso condimentados con salsas especiadas.
Se presenta limpio y brillante, de un precioso color rojo cereza con matices violáceos. Con una intensidad medio alta. Ribetes con una tonalidad viva sin indicios de evolución.
Olfato:
Es un vino tremendamente expresivo, de gran intensidad aromática de frutos negros pequeños maduros (arándanos, grosellas, casis, ciruelas damascenas, guindas en licor), grafito, notas de terruño minerales, regaliz, sutiles matices de flores azules (violetas) Ligeros cueros al inicio que se marchan con la oxigenación. La madera está perfectamente integrada.
Paladar:
La entrada en boca es poderosa, densa con una gran riqueza. Une volumen, estructura, con una textura sedosa que no finaliza nunca. Taninos vivos, presentes pero maduros que el tiempo irá puliendo. Es larguísimo y persistente, elegante con una formidable acidez que le augura una gran guarda. La fruta está presente, así como las flores azules.
Al día siguiente:
Barón de Chirel va mejorando con los días en botella abierta. Hemos podido comprobar como al día siguiente de su apertura, aparecen aromas más frescos de fruta roja silvestre: fresa y frambuesa. La entrada en boca es mucho más amable y la sensación táctil es de mayor suavidad. Es un vino que puede permanecer abierto, conservado en buenas condiciones, durante 3 o 4 días, en los que no solo no pierde su esencia, sino que gana en complejidad, en equilibrio, tanto en nariz como en boca y se redondea.
Recomendaciones:
No se aconseja el uso de Coravín, porque lo reduce en exceso. Se aconseja oxigenarlo en decantador antes de su consumo, en el caso de que vayamos a consumirlo en el momento.
Maridaje:
Jamón y quesos curados. Carnes rojas, aves, guisos de caza, tales como perdiz, conejo, venado, jabalí o corzo, incluso condimentados con salsas especiadas.